viernes, 20 de enero de 2012

Más de la mitad de los padres españoles permiten que sus hijos adolescentes fumen.

Más de la mitad de los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 20 años que fuman aseguran que sus progenitores se lo permiten, más las madres (64,5 por ciento) que los padres (52 por ciento)

Aparte, uno de cada tres progenitores desconoce que los hijos fuman habitualmente o esporádicamente, según un estudio de la Fundación Pfizer basado en 800 entrevistas telefónicas realizadas en julio a chicos de ambos sexos de esas edades y otras tantas a sus padres, a los que se preguntó qué pensaban de la actitud de sus hijos sobre el tabaco.

Tanto hijos (84,2 por ciento) como padres (77,7 por ciento) consideran positiva la ley antitabaco, y un tercio de ambos creen que ha contribuido a reducir el consumo juvenil. Cerca del 30 por ciento de los muchachos son fumadores o lo han sido, algo que desconoce casi la mitad de los padres.

Los hijos declaran una edad media de inicio de 13,9 años, antes los varones que las mujeres, si bien los padres creen que es a los 15, y el consumo se quintuplica a partir de los 16 años, con un índice mayor en las chicas. La mayoría de los muchachos (45,6 por ciento) desearía dejar el tabaco y al 36,5 por ciento le gustaría fumar menos en el plazo de 12 meses, más ellas que ellos.

El entorno, clave para evitar el tabaquismo

La influencia del entorno social es el motivo principal para empezar a fumar, en particular los amigos, según declara el 52,9 por ciento de los chicos, mientras que para dejarlo aducen que no les gusta (50,5 por ciento), que es malo para salud (40,3 por ciento) o por ahorrar (17,1 por ciento). No obstante, sólo el 3,6 por ciento asegura que le haya influido para comenzar a fumar que lo hicieran sus padres.

Sólo el 3,6% asegura que le ha influido para comenzar a fumar que lo hicieran sus padres.




Si se trata de reducir el consumo, el 71,6 por ciento cita también la salud y el 33,8 por ciento el ahorro. Tanto hijos (86,8 por ciento) como padres (72,9 por ciento) están de acuerdo en que el consumo entre jóvenes aumentaría si el tabaco fuera más barato.

Entre los que no han fumado nunca, el 56,3 por ciento indica que le ha llamado la atención y el 42,9 por ciento que hacerlo no es saludable. Además de esas razones, el 17,9 por ciento de los padres destaca que en casa no fuma nadie y un 8,4 por ciento lo atribuyen a la educación preventiva.

Más de la mitad de los jóvenes conviven en casa con algún fumador y casi tres de cada 10 están expuestos al humo del tabaco dentro del domicilio familiar. A un 42 por ciento de los jóvenes les molesta que se fume dentro de la casa.

En cuanto a los padres que consienten que los hijos fumen, la permisividad es mayor de las madres que de los padres y de si se trata de hijos que de hijas. Cerca del 40 por ciento de padres y madres ponen la condición de que no sea en casa. Por el contrario, la mayoría de padres se opondrían a que un hijo no fumador se iniciase en el tabaco y más del 80 por ciento de los chicos cumpliría la prohibición de los padres.

1 comentario:

  1. Me alegra ver que la calidad del blog va aumentando. ¡Seguid trabajando así!

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